martes, 5 de octubre de 2010

TERCERA ETAPA DE LA SENDA DEL GALLIPATO.




Como responsable junto al amigo Miguel Garbelles, del marcado del tercer tramo de la senda del Gallipato, voy a contaros lo que hicimos esa mañana del sábado día 22 de Mayo.

Después de pasar lista en el polideportivo, y distribuir los grupos, Miguel y yo cogimos la pintura y los pinceles y junto con los jóvenes que nos asignaron nos desplazamos con tres coches hasta La Pedrosa. Allí mi guía, ya les dio la primera explicación del día, comentándoles que estábamos en la llamada Balsa de La Pedrosa. 



Yo traté de situarlos, diciéndoles que nos encontrábamos en las estribaciones de la Sierra Calderona (la desconocían todos), eran de comarcas lejanas de la nuestra. Nos ponemos en marcha hacia el Barranco de San Antón, los alumnos ya empiezan a comentar que es un paisaje muy bonito, en plena bajada Miguel les comenta las hierbas que vamos encontrando a nuestro paso(la mayoría no las conocían). Llegamos a la clocha de Rivas y mi compañero de ruta les explica todo sobre el tema de las casetas y tierras de cultivo que se van abandonando.

Hay momentos donde tenemos que ir sorteando los pinos caídos como consecuencia de una tormenta que hubo en esa zona bastante fuerte. Aparecen unos excrementos en la senda bastante frescos, Miguel les dice que son de zorra (otra novedad para ellos). Comenzamos la ascensión hacia el navajo del Poderoso, donde realizamos la parada para almorzar y reponer fuerzas. Eran muy respetuosos con la flora que íbamos viendo, decían, si uno de nosotros la coge, el que venga detrás ya no la verá.



En la plantación de viña de Pepe Peña, vemos un tractor que se acerca hacia nosotros, con la sorpresa que al llegar a nuestra altura, me gira la cara(en mi vida he tenido una conversación ni seria, ni ligera, con esa persona), los alumnos, que no son tontos se dan cuenta, que sorpresas te da la vida, la única muestra de civilización que vemos en toda la mañana y ni un saludo de cortesía, no hay que darle importancia pero te sabe mal, seguramente le molestó mi presencia por esos parajes, pues anda que no me vas a tener que aguantar. De allí nos vamos en busca del corral de los Loncios, adonde llegamos dando un pequeño rodeo, descansamos cinco minutos en el aljibe y de allí nos dirigimos hacia el Collado Herrero.

El grupo se va estirando, el sol va subiendo y ya empieza a calentar. Les digo que se cambien el bote y pincel de manos, así cada quinientos metros se va haciendo más llevadero el marcado. Aparece delante de nuestra vista el campo de placas solares, lo vamos bordeando para dirigirnos hacia la vereda que nos llevará hasta el Corral Blanco, y de allí a la Tejería y ya vemos que aparece Abel en La Balsilla con su coche para recogernos y llevarnos a por los coches a La Pedrosa, quedándose Miguel con el resto del grupo para conducirlos hasta el pueblo, donde quedamos en vernos todos en la plaza de Florentina Mañes.


Aquí terminó nuestra parte de la misión que teníamos asignada. El profesor Vicente dio las normas y horarios a seguir y nosotros nos fuimos a la charla de la casa de la cultura, donde todavía tuvimos tiempo de escuchar a los conferenciantes y departir un rato con ellos.

Espero este resumen (aunque un poco tarde), haya sido entretenido. La verdad que Miguel y yo lo pasamos genial con nuestros compañeros los estudiantes/as. Además de disfrutar de la naturaleza, pasar una mañana andando, tuvimos la suerte de enseñar el término y parte de nuestro patrimonio a los visitantes.



SERAFIN MARTINEZ MARZ.

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