martes, 9 de noviembre de 2010

SENDERISMO A LA CUEVA SANTA.

MARTES 2 DE NOVIEMBRE DE 2010

SENDERISMO A LA CUEVA SANTA.

SENDERISMO  A  LA  CUEVA  SANTA.



Cuando nos reunimos el sábado por la tarde, para planificar y preparar la salida del día siguiente, no teníamos nada claro lo que nos iba a deparar esa jornada. Todo por culpa de las inclemencias atmosféricas, que si haría mal día, si llovería, quienes acudirían, cuantos seríamos para la comida… Una serie de preguntas para las que ni teníamos respuesta, ni podíamos ser adivinos con el tiempo que nos haría. Así que después de reservar las plazas para la comida, quedamos en vernos a las nueve de la mañana en la plaza de S.Agustín para comenzar la marcha.



La noche estuvo lloviendo, así que nos temíamos lo peor, pero cuando nos vimos a las ocho tomando un café, para ir a dejar los coches en la cueva santa, ya vimos que por lo menos no llovía y había más claros que nubes, así que decidimos seguir con la salida.



Vamos apareciendo por la plaza y cual no sería nuestra sorpresa cuando vemos que hay más senderistas que nunca, por lo visto el Santuario tiene atractivo. Empezamos preparándonos para las fotos de rigor y contando por encima somos sobre cincuenta, de ellos varios niños/as.


Es una gozada el ver ese grupo tan numeroso, y eso que el día amenazaba lluvia, que de lo contrario no sé cuantos hubiésemos ido. El grupo se pone en marcha, capitaneado por Miguel, que es el que tira del carro llevándonos hacia Santa Lucía, donde nos desviamos a la izquierda para coger la falda de Los Molinos hasta llegar al Corral Blanco.

Allí descendemos hasta la Tejería, para en la Balsilla meternos hacia los corrales del cerro de la Cruz. Aquí tenemos la primera sorpresa del día, un grupo que venían de Cullera, hospedados en la casa rural y que era la primera vez que estaban en nuestro pueblo, se nos despistan, pero gracias  a los móviles los encontramos.


El grupo se va estirando, pues cuando divisamos el Prao, los que van en cabeza ya están al fondo, los que vamos en la cola decidimos hacer un alto, pues unos niños no van con calzado adecuado y no pueden continuar, así que con su madre deciden regresar. Es cuando decidimos almorzar, aprovechando las mesas de piedra existentes en una pequeña zona de acampada que existía en ese paraje.


Continuamos y nos encontramos en la Caña los Charcos, donde el paisaje ya va siendo más bonito, ya hemos dejado el asfalto y estamos en senda de tierra, cruzamos el cortafuegos y ya estamos en el término de Altura, donde ya aparecen las marcas de la GR-10. 




Aquí comienza a llover un poco, apareciendo paraguas, chubasqueros y gorros, la senda va bordeando el puntal de Navarretes. Cruzamos el camino de Las Torrecillas y nos dirigimos hacia el Corral de los Abelardos en el Carrascalejo. La subida es muy bonita y cómoda, así que en la cumbre aparecen los restos de otro corral y caseta.


Desde este punto se observa Monte Mayor que lo vamos dejando a la derecha, y comienza un descenso que nos lleva a la Fuente de las Tres Nogueras, en este tramo la senda es estrecha y un poco peligrosa. Terminado este tramo, ya comienza la ascensión que nos llevará hasta el Calvario de la Cueva Santa. Estando en la cima nos aparece al fondo un majestuoso y luminoso Arco Iris, haciendo las delicias de los más pequeños.




Las vistas son impresionantes, se divisa toda la vertiente del Palancia, con el impresionante Peñagolosa al fondo, dándote la impresión de cercanía, pero la realidad es bien distinta, hay muchos kilómetros hasta allí. Pero Viver, Segorbe y otros pueblos si son visibles desde ese punto donde nos encontramos.






Aparecemos en la plaza de la entrada a la cueva, haciéndonos las consabidas fotos de rigor, así como no entramos en esos momentos a la cueva por estar celebrándose la santa misa. Decidimos juntarnos en el bar, tomándonos un refresco que bien ganado lo teníamos. Así los que no se quedaban a comer ya se iban marchando hacia el pueblo.








La comida estuvo muy bien, según la mayoría de los comensales la paella estaba muy buena, así que después del café y un poco de tertulia, comentando las curiosidades  y anécdotas del recorrido, decidimos regresar al pueblo.


Resumiendo podemos decir que la senda fue un éxito, siendo del agrado de los senderistas. Ahora llega el momento de ponernos a trabajar en ella todo lo que podamos, contactar con los Ayuntamientos de Alcublas y de Altura, para ver  si es posible recuperarla y promocionarla como ruta alternativa a la carretera “Alcublas-Cueva Santa”, denominándola la senda de “LOS ROMEROS”.

Serafín  Martínez. ACLA.
Fotografias: JANDRO y Amparo Civera

VENTISQUEROS DE ALCUBLAS

LUNES 25 DE OCTUBRE DE 2010

VISITA A LOS VENTISQUEROS DE ALCUBLAS

LOS VENTISQUEROS DE LA CUMBRE

Me parece que no es normal lo que estoy haciendo, sin darme cuenta estoy dedicándome a otros menesteres, en vez de seguir con las Musicalerías. Comienzo el pequeño resumen de esta manera, porque habrá alguien que me diga que no lo va a llevar a cabo todo él, así que voy a contaros la salida al campo que hemos realizado Miguel, José Luis y yo.

La semana pasada ya había quedado con nuestro guía (era su día libre), para que nos acompañara a José Luis y a mí, a ver unos ventisqueros existentes en la Cumbre, la cara Sur de La Solana, que es la que mira hacia el pueblo.

Hoy, Domingo día 17 de Octubre a las 9: 30h. ya nos estaba esperando nuestro amigo con su mochila colgada del hombro en la Plaza de La Santa Cruz, y de mutuo acuerdo hemos decidido almorzar un poco para coger fuerzas antes de salir: viendo el día como pintaba era lo mas prudente (aire y frío).

Hacia las 10:20h, nos hemos puesto en marcha con destino al fondo del Barranco Lucía; Miguel nos va contando mil y una anécdotas sobre todo lo que vamos viendo, paredes, hierbas, limpieza del monte y de vez en cuando una pequeña advertencia, aquí no corras, que hay un charco muy grande y así hasta donde hemos dejado el coche.

  
                          

El monte a consecuencia de las lluvias de días pasados, estaba precioso y eso que el viento era molesto y no podíamos disfrutar del paisaje como hubiésemos deseado, pero gracias a eso teníamos unas vistas privilegiadas: por un lado el Palancia con los Llanos de Viver y las Cuestas de Ragudo al final; un poco más al fondo a la derecha el majestuoso Peñagolosa; al otro lado La Calderota; observando con todo su resplandor el Mar Mediterráneo, girabas un poco la vista a la derecha y te aparecía el Villar del Arzobispo, con la Sierra de Chiva detrás, así que como podéis imaginaros era un lugar estratégico y un mirador de ensueño.

Vamos andando en busca del primer ventisquero, a los pocos metros ya oímos la voz de Miguel que nos avisa, lo veis, ahí abajo lo tenéis y no se ha ido ni un metro, allí se encontraban los restos del “Ventisquero nº 1 “: lo medimos, hacemos las fotos de rigor y en marcha hacia el otro. A los pocos metros aparece delante de nosotros otro muro de piedras un poco mayor que el anterior, al que llamamos “Ventisquero nº 2 “, seguimos con el mismo ritual que en el anterior, pero Miguel no para y siempre tratando de enseñarnos y descubrirnos cosas de la montaña, nos enseña dos variedades de pequeños helechos que crecen dentro del ventisquero.


Poco más adelante nos aparece con un trozo de material cerámico usado en los postes de la conducción de la luz que iba a Alcublas (“la luz del Mocho”, la llamaban. Por cierto que más tarde Abel nos contó una anécdota que a él le contaron, y es que cuando se hizo esta conducción, el día que se inauguró la línea de luz hubo gente que salió a Santa Bárbara “a esperar” la luz, sin saber muy bien qué era aquello de la luz y cómo funcionaba, como si fueran a ver algo físicamente en aquelloshilos colgados de postes…).

El siguiente ventisquero nos indica Miguel que está un poco mas lejos, “tenemos que pasar aquella pequeña masa de pinos y detrás enseguida lo veremos”, no falla en su ubicación, le seguimos y allí que nos aparece una preciosa pared con mas de tres metros de altura, con su muelle de carga y un camino de piedra que conduce hacia el interior de la montaña. La verdad que es precioso, merecía la pena subir allí y verlo. Este lo anotamos como ventisquero nº 3.


Siguiendo el camino de carro que existe entre la maleza nos lleva hacia los restos de otro, este mucho mas pequeño que los anteriores y más deteriorado, pero se podía observar los restos del muro, así como el aprovechamiento en el lado norte de la piedra natural. Aquí José Luis se ha dado cuenta que había perdido la cinta métrica, así que a recorrer el camino y a buscarla, no tardando mucho en encontrármela entre unas matas. De vuelta hacia el coche, todavía hemos visto algunas paredes que servían para recoger la nieve los días de ventisca y de allí la llevaban a los ventisqueros.

Al ser una hora prudente, hemos decidido regresar por Sacañet, le hemos echado una visita al amigo Agustín, hemos tomado un refresco y de vuelta al pueblo, dando por finalizada la visita a los ventisqueros de La Solana. Solamente recordaros que no solamente están los famosos de la Bellida, en nuestro término también los tenemos y tan bonitos como lo puedan ser aquellos y para muestra el que tenemos en la carretera de Altura a la derecha. Hoy lo comentamos, pero esperamos en un futuro no muy lejano poder tener para disfrute de todos “La Ruta de los Ventisqueros “.


Serafín Martínez Marz. ACLA.

Peña Ramiro

Peña Ramiro

¡Pues claro que llegamos!

Y hay que decir que el paisaje no dejó de sorprendernos, la belleza del terreno, su fauna y su vegetación abrieron paso a a la confidencia y al relax durante el almuerzo.
Los más veteranos conocedores de las leyendas hicieron gala de un estilo narrativo,lleno de suspense y emoción .



Primero,se nos aclaró que el nombre correcto es Peña Ramiro, y en origen el nombre era "la Peña de Ramiro", en alusión al propietario de aquellos terrenos cercanos y de la masía que en ellos había, que ya aparece en el mapa del siglo XVI-XVII recién restaurado por el Ayuntamiento de Altura, como Masía de Ramiro. 

El tal Ramiro, junto con Silvestre (que da nombre a la balsa), y Calzón (que también da nombre a otra balsa), debieron ser de los primeros repobladores de Alcublas tras el desplazamiento de la población musulmana con la conquista por Jaime I.

Es muy difícil indicar el emplazamiento exacto de esta masía, pero lo que sí podemos afirmar es que se construyó en una zona con un poblamiento mucho más antiguo:
En los Arenales y casi debajo de la Peña Ramiro, hay vestigios de dos villas agrícolas de época romana.
Un poco más adelante del cortado de la Peña Ramiro se han encontrado restos de cerámica de loza dorada de época medieval.


El mapa de Altura nos indica que en el siglo XVI esta zona estaba poblada
Lo más interesante son los restos del "castillo" en la ladera de la peña, restos que lamentablemente están muy deteriorados por el efecto destructor de las maniobras militares de artillería que usaban como blanco este monte (algunos de pequeños  ibamos a buscar metralla). 

A lo largo de toda la ladera se puede ver muros de piedra seca muy deteriorados que se corresponden con un núcleo de poblamiento ibérico, y el montón grande de piedras son los restos de la pequeña torrecilla que se situaba en la puerta de entrada del pequeño recinto amurallado del poblado. Un núcleo de poblamiento muy parecido se conserva en Las Torrecillas.







Bueno las leyendas,las dejamos para otro día por que bien se merecen un capitulo aparte.