domingo, 22 de enero de 2012

Caleras en la Solana


26/10/2011

VIMOS E HICIMOS

VIMOS E HICIMOS.

Nuestra actividad para este domingo día 23 de Octubre era la salida a ver las caleras de la falda de La Solana. Parece que fue hace dos días cuando se nos ocurrió realizar un almuerzo “ecológico” en el Colladillo, aprovechando de paso la limpieza de una calera que existe en los alrededores, pero que en aquellos días servía de pequeño vertedero.
Seguimos con el tema de la cal, imitando a Los Inhumanos, y continuamos con la que existe cerca de los corrales ubicados en la ”senda de la nieve”. Y ayer nos lanzamos a limpiar la calera de la balsa Silvestre, el nombre le viene por su proximidad a dicha balsa.

 
Con su acostumbrada puntualidad inglesa, van apareciendo los “limpia-caleras”, para, en el sitio de costumbre (Plaza de San Agustín), realizar la ya ritual foto de grupo, obra del gran Jandro (el Robert Capa de la Acla). Esta salida estaba pensada como mixta, con buen criterio, dado el buen tiempo que nos acompaña, decidimos que aquellos que quisiesen subiesen la senda caminando, es bonita y agradable su recorrido; el resto, con el avituallamiento y las herramientas de trabajo en coche.
Sería sobre las diez horas, cuando ya aparecen los senderistas en las inmediaciones del egido de los corrales. Se pensó primero en almorzar y coger fuerzas para el duro trabajo que nos esperaba, la avanzadilla que subió en coche con los picos y palas, ya había comenzado los trabajos en espera de la llegada de los refuerzos.
En esos momentos se les suma el tercer grupo que también acudió en vehículo. Se acomodan en los grandes y vistosos sillones que se encuentran allí, desde hace años preparados para la ocasión (ni se los llevan, ni se deterioran por el uso), eso sí, con unas vistas impresionantes, se van marchando las nubes y aparece majestuoso el Mar Mediterráneo, vaya gozada, estar a casi 900 metros de altitud y disponer de esas privilegiadas postales, sinceramente para enmarcar.
Un sofá que no se estropea y una vista del mar poco usual.
Acabamos el gran refrigerio, con un café muy calentito y unos dulces, llegado aquí el momento de comenzar la aventura diseñada para este día. Ya van comenzando los comentarios jocosos y simpáticos: ”Si llevan hasta rastrillo y una maceta nueva”, “¡Ché!, mira qué capazo sin estrenar”.
Y así seguimos hasta la calera, entre risas y bromas ni nos queremos dar por aludidos de lo que allí nos espera, pero sin pensarlo dos veces, nos ponemos los guantes y comenzamos la lucha contra todo lo que por allí nos va saliendo, que no es poco. Las fotos que va realizando el fotógrafo oficial lo dicen todo, pero lo mismo lo veo con la Olimpus colgada, que cogiendo la azada y cortando aliagas. Se escucha .¿por dónde andan las tijeras?, ¡ oye!, no tiréis tan cerca esas ramas, no veis que caen en la senda. Desde el fondo de la calera se sale una voz que dice:”¿Hasta donde hay que cavar? porque aquí ya me salen hasta las cenizas”,”Mira a ver no estén calientes todavía y te quemes2, le contesta una voz socarrona.

La verdad que da gusto estar con esta gente, vaya manera de doblar el lomo, pero todos/as, allí no hay distinciones, ver a personas que en su vida han cogido una azada y las ganas que le echan, es digno de admirar y aplaudir ese ejemplo de ciudadanía que están dando. “¡Si me viera mi abuelo limpiando y desbrozando una calera!¡Anda que no! ¿Qué es lo que pensaría y me diría?”, esta pregunta la escucho de labios de un aclero.
Cuando ya vemos todo el perímetro limpio es cuando damos la voz de alto, “¡Por hoy ya está bien!”, además que el tiempo comienza a estorbar un poco, haciendo acto de presencia las primeras gotas del día, así que decidimos no subir a visitar las otras caleras próximas, dejándolo para la siguiente salida. Allí mismo, contra la pared de la calera, nos hacemos la última foto de la limpieza, viendo que el trabajo realizado ya se nota, quedando todos satisfechos y contentos por el resultado obtenido.
 
Las nubes amenazaban tormenta...
 
Satisfacción durante el regreso
 
Deciden bajar por la variante de la senda que va por la calera de las Cañadillas y toca un trozo de camino asfaltado, por si se coge a llover fuerte y hay que subir con el coche a recogerlos, cosa que no sucede. De regreso uno de los expedicionarios se detiene a recoger una abeja que había caído al suelo inmovilizada por el frío y, dándole calor entre las manos, la resucita para que pueda volver a la colmena. En el bar reunión de motorizados y andarines para tomarnos nuestra merecida cervecita, que según dicen algunos, es lo mejor de la mañana.
 
Reviviendo una abeja
Aquello que comenzó con un almuerzo ecológico en el Colladillo, está dando sus frutos, ya no hay quien nos pare en esta actividad de limpieza y conservación de las “Caleras”, es patrimonio del pueblo y vamos a tratar de recuperarlo y conservarlo, y hasta que no veamos diseñada y marcada:” La Ruta de Las Caleras”, no pararemos.
No quiero adelantar acontecimientos, pero el proyecto que tenemos y estamos planificando sobre el tema es bastante importante e interesante. Pensad que hasta no hace muchos años, en todas las casas de nuestro pueblo, había un recipiente con cal. Nuestros tatarabuelos las construyeron, los bisabuelos y abuelos las utilizaron para sacar la cal y que nuestras abuelas la usaran para jalbegar las fachadas, desinfectar y otros menesteres
Antes y después de la limpieza.
Dedicado a todos/as los que un domingo por la mañana, en vez de levantarse y dedicarse a sus menesteres propios de un fin de semana, se lanzan a la aventura, por supuesto desinteresada, de intentar mantener y conservar el “Patrimonio Alcublano”, para que en un futuro no muy lejano todos lo podamos disfrutar.

Viejo Mester de Clerecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario