domingo, 23 de octubre de 2011

EN BUSCA DE "LA DOTORA"


15/09/2011

EN BUSCA DE "LA DOTORA"

EN BUSCA DE “LA DOTORA“

Entre las numerosas actividades que hemos tenido este mes de agosto, no podíamos olvidarnos de nuestras caminatas mañaneras. Así que alguna hemos ido realizando por los bonitos parajes de nuestros alrededores, tratando de ir buscando algo nuevo con lo que ir enriqueciendo todavía más si cabe, el amplio abanico de nuestras ya conocidas sendas.

Pero teníamos una ruta, que siempre que la comentábamos, nos venían a la memoria recuerdos de la primera vez que la hicimos con “el tío Vicente”. Así que un sábado por la noche, en la tertulia que estábamos teniendo en nuestra sede después de cenar, decidimos que ese domingo a las ocho de la mañana, saldríamos desde San Agustín a ver la Cueva de La Dotora, estando de regreso a la hora del almuerzo (hora punta en el pueblo, pues se paralizan todas las actividades).

Nuestro guía “El Panorámix”, ese día tenía fiesta, así que comandaba la expedición. Llegamos a los corrales y como en él es costumbre, puso la directa y sin darnos cuenta los demás por dónde íbamos bajando, en un santiamén nos encontrábamos en la puerta de la cueva. Nos hicimos las fotos de rigor, comentamos los trabajos que la asociación tenía que realizar para este invierno en esa zona, y nos volvimos andando para llegar a la mesa a la hora acordada.

Van pasando los días y nos encontramos de lleno en la semana festera, pero otra vez sale el tema de la cueva entre café y café, así que decidimos que a la mañana siguiente a las ocho nos encontraríamos en el bar El Porche para tomar un cortado y hacer la senda de La Dotora.

Como el jefe de la expedición no suele parar mucho rato en los sitios, esa noche no se enteró muy bien de lo que habíamos quedado en realizar esa mañana, así que no se presentó y Pepa, Toni, Roberto y yo decidimos ir en busca de la cueva. Creíamos estar convencidos, sobre todo Toni y yo, que la encontraríamos como solía hacer nuestro guía. Pero la realidad fue bien distinta, comenzamos a dar vueltas por la pendiente y allí la cueva no aparecía, Roberto la verdad no había estado y estaba perdonado, pero que Toni y yo no lográsemos verla, era para pegarnos un par de tortas y llamarnos torpes. Que sube, que baja, que más adelante, y así hasta que Roberto se cansó y se subió al ejido de los corrales a descansar.

Yo que lo vi, lo imité, Pepa y Toni no se daban por vencidos y seguían buscando, pero casualidades de la tecnología, en esos momentos me suena el móvil, ¿quién era? pues el Panorámix que nos estaba esperando para almorzar. No tuve más remedio que decirle donde nos encontrábamos y lo que nos estaba ocurriendo. Yo creo que de la risa que tenía se cayó al suelo,¡no se lo podía creer!¡Os está bien empleado por no decirme nada!, podéis imaginaros todo lo que me dijo por teléfono, con deciros que creo que echó un bando, porque cuando llegamos todo el mundo tenía que ver con el temita: ¿qué sois de capital?, ¿si no va vuestro jefe estáis perdidos?, y así todo el almuercito y días sucesivos, el cachondeito fue menudo hasta finales de agosto.


La espinita la teníamos clavada, sobre todo Toni y yo, así que en la tertulia de la noche del día diez de septiembre, quedamos emplazados delante del guía, que a la mañana siguiente íbamos a buscar y a encontrar la cueva, costase lo que costase, (él no podía venir porque trabajaba), añadiéndose a la expedición Abel (experto en la senda de la Cova Negra).

Nos sorprendió que el madrugador se apuntase a la búsqueda, menuda alegría nos llevamos, no nos entraba en la cabeza, para echar mas leña al fuego, seguía el sherpa con su tonito de voz: “si, no te digo yo, la van a encontrar y Aveliño madrugando un domingo, qué risa me da”.

Eran las ocho de la mañana, y ya nos encontramos Roberto, Toni y yo esperando al que decía la iba a encontrar a las primeras de cambio, pero sí, cumplió y acudió a la cita. Fuimos en coche, pues Toni tenía que desplazarse pronto a Valencia, así que aparcamos en los corrales y sin pensarlo dos veces nos lanzamos en busca del “Tesoro escondido”, esta vez la verdad que ya íbamos un poco más concentrados y al poco rato ya descubrimos a Toni en la puerta de la cueva con la mano levantada en señal de victoria, pese a que Abel todavía seguía buscándola. Nos volvimos a hacer las fotografías de rigor para inmortalizar el momento y contárselo al “Panorámix”, pero en ese momento se me ocurrió llamarlo por el móvil, y por suerte había cobertura, le digo que la hemos encontrado y su contestación fue esta: ”Ya podéis tirar la traca”.


Este ha sido el resumen de un verano “En busca de La Dotora”, esperando que todos aquellos que vayan en su busca la encuentren.

Serafín Martínez Marz. A.C.L.A.

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